Sebastián F. Moro Tornese

La imagen que acompaña el comienzo de este post fue de mucha inspiración a Rainer Maria Rilke, autor de los Sonetos a Orfeo, quien la conservaba junto a su escritorio. Baladine Klossowska le había regalado a Rilke una edición de las Metamorfosis de Ovidio (donde se relata una de las versiones del mito de Orfeo) y también le había dejado una postal con una reproducción de este dibujo del pintor renacentista Cima da Conegliano cuyo tema pictórico es el de Orfeo y el poder de su canto y de su lira (una lira da braccio en el cuadro) que congrega a los animales en su derredor.
Rilke escribió un poema llamado a la Música que reproducimos aquí:
A la música,
Música: el hálito de las estatuas. Tal vez:
El callar de las imágenes. Tú que hablas
Donde terminan las palabras. Tú el tiempo
Que se suspende verticalmente
Sobre el curso de corazones transitorios.
Sentimientos: hacia quién? Oh tú transformadora
De emociones: ¿en qué?…paisajes sonoros!
Tú, extranjera, Música. Tu espacio del corazón
Que brota desde lo más intimo de nosotros.
Y que superándonse empuja hacia afuera
En un sagrado adiós.
Allí donde nuestro más profundo centro
Nos rodea como desde fuera,
En el horizonte más recorrido,
Al otro lado del aire,
Pura,
Inmensa,
Ya no habitable.
Hi, this is a comment.
To get started with moderating, editing, and deleting comments, please visit the Comments screen in the dashboard.
Commenter avatars come from Gravatar.